El fenómeno de los salarios sumergidos en la Cuba contemporánea ofrece una perspectiva crucial para analizar la persistente crisis socioeconómica del país, destacando su relevancia en el ámbito académico sobre justicia económica y estabilidad social. Este ensayo examina cómo los salarios sumergidos, caracterizados por una remuneración insuficiente para el trabajo asalariado, constituyen un núcleo estructural de la crisis al debilitar el papel del trabajo como medio de subsistencia y movilidad social. Históricamente, este problema se origina en las políticas posrevolucionarias que priorizaron el control económico centralizado sobre la retribución equitativa, lo que llevó a la desvalorización del trabajo profesional y al surgimiento de una pirámide socioeconómica invertida, donde los ingresos informales superan a los salarios formales. Acontecimientos clave, como la crisis económica de los años noventa y la unificación monetaria de 2021, intensificaron esta dinámica, con una inflación galopante que redujo aún más el poder adquisitivo. La aparición de plataformas digitales, impulsada por el acceso ampliado a internet desde 2018, ha fortalecido la economía informal, facilitando el comercio no regulado, pero profundizando la exclusión de los trabajadores estatales. El ensayo sostiene que los salarios sumergidos generan distorsiones sistémicas, incluyendo pobreza, desigualdad, migración masiva y deterioro ético, al normalizarse prácticas informales como el comercio en el mercado negro y la corrupción. Concluye que estos salarios no son solo un síntoma, sino un motor de la crisis, requiriendo reformas estructurales para restaurar el valor del trabajo y la cohesión social. Estos hallazgos resaltan la interrelación entre política económica y dignidad social, mostrando cómo incentivos desalineados pueden socavar el capital humano y la confianza institucional. De cara al futuro, la persistencia de estas dinámicas evidencia la necesidad de soluciones innovadoras y avances tecnológicos, como mercados digitales equitativos o sistemas salariales indexados, para complementar o reemplazar los marcos actuales. [...]
Tabla de contenido
INTRODUCCIÓN
En 2023, un médico cubano
La persistencia de los salarios sumergidos
La relevancia de este tema
Contextualización histórica.
Orígenes revolucionarios y la centralización económica (1959-1989)
Crisis del Período Especial y la emergencia de la economía informal (1990-2000)
Reformas “Raulistas” y unificación monetaria (2008-2021)
Dinámicas recientes y la crisis multidimensional (2021-2025)
Relevancia del análisis histórico para el presente ensayo
Tesis Principal del presente ensayo académico
Problema de Investigación del presente ensayo académico
Hipótesis o respuesta tentativa al problema de investigación
Objetivo General del presente estudio
DISEÑO METODOLÓGICO
DESARROLLO:
Conceptos fundamentales: Salario y trabajo asalariado
Conceptos intermedios: Pobreza, desigualdad y capital humano
Conceptos complejos: Pirámide socioeconómica invertida y economía informal
Inflación galopante y descomposición ética e institucional
Interrelación de conceptos a modo de entramado teórico
Efectos generales: Erosión del trabajo asalariado y pobreza estructural
Distorsiones sistémicas: Pirámide socioeconómica invertida
Expansión de la economía informal y descomposición ética
Migración y pérdida de capital humano
Proyecciones futuras y el papel de la tecnología.
Reflexión crítica: Paradojas y recursos retóricos.
CONCLUSIONES:
CONCLUSIONS:
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:
RESUMEN:
El fenómeno de los salarios sumergidos en la Cuba contemporánea ofrece una perspectiva crucial para analizar la persistente crisis socioeconómica del país, destacando su relevancia en el ámbito académico sobre justicia económica y estabilidad social. Este ensayo examina cómo los salarios sumergidos, caracterizados por una remuneración insuficiente para el trabajo asalariado, constituyen un núcleo estructural de la crisis al debilitar el papel del trabajo como medio de subsistencia y movilidad social. Históricamente, este problema se origina en las políticas posrevolucionarias que priorizaron el control económico centralizado sobre la retribución equitativa, lo que llevó a la desvalorización del trabajo profesional y al surgimiento de una pirámide socioeconómica invertida, donde los ingresos informales superan a los salarios formales. Acontecimientos clave, como la crisis económica de los años noventa y la unificación monetaria de 2021, intensificaron esta dinámica, con una inflación galopante que redujo aún más el poder adquisitivo. La aparición de plataformas digitales, impulsada por el acceso ampliado a internet desde 2018, ha fortalecido la economía informal, facilitando el comercio no regulado, pero profundizando la exclusión de los trabajadores estatales. El ensayo sostiene que los salarios sumergidos generan distorsiones sistémicas, incluyendo pobreza, desigualdad, migración masiva y deterioro ético, al normalizarse prácticas informales como el comercio en el mercado negro y la corrupción. Concluye que estos salarios no son solo un síntoma, sino un motor de la crisis, requiriendo reformas estructurales para restaurar el valor del trabajo y la cohesión social. Estos hallazgos resaltan la interrelación entre política económica y dignidad social, mostrando cómo incentivos desalineados pueden socavar el capital humano y la confianza institucional. De cara al futuro, la persistencia de estas dinámicas evidencia la necesidad de soluciones innovadoras y avances tecnológicos, como mercados digitales equitativos o sistemas salariales indexados, para complementar o reemplazar los marcos actuales. La investigación continua en modelos económicos adaptativos y tecnologías inclusivas resulta esencial para abordar estos desafíos, asegurando que el trabajo recupere su rol como pilar de dignidad y progreso en Cuba y contextos similares, promoviendo un futuro donde los sistemas socioeconómicos se alineen con imperativos éticos para el bienestar humano.
Palabras clave: Salarios sumergidos, crisis socioeconómica, trabajo asalariado, pirámide socioeconómica invertida, economía informal, inflación galopante, migración masiva, deterioro ético, unificación monetaria, plataformas digitales, INTERNET, capital humano, pobreza estructural, desigualdad, reformas estructurales, cohesión social, dignidad social, mercados digitales equitativos, sistemas salariales indexados, modelos económicos adaptativos, tecnologías inclusivas.
ABSTRACT:
The phenomenon of submerged wages in contemporary Cuba provides a critical lens for analyzing the nation’s persistent socioeconomic crisis, underscoring its significance in academic discussions on economic justice and social stability. This essay examines how submerged wages, defined by insufficient remuneration for salaried work, form a structural core of the crisis by undermining labor’s role as a means of subsistence and social mobility. Historically, this issue stems from post-revolutionary policies that prioritized centralized economic control over equitable pay, leading to the devaluation of professional work and the emergence of an inverted socioeconomic pyramid where informal earnings surpass formal salaries. Key events, such as the 1990s economic crisis and the 2021 monetary unification, intensified this dynamic, with rampant inflation further eroding purchasing power. The rise of digital platforms, driven by expanded internet access since 2018, has strengthened the informal economy, facilitating unregulated trade but deepening the exclusion of state workers. The essay argues that submerged wages generate systemic distortions, including poverty, inequality, mass migration, and ethical decay, as informal practices like black-market trading and corruption become normalized. It concludes that these wages are not merely a symptom but a driver of the crisis, necessitating structural reforms to restore labor’s value and social cohesion. These findings highlight the interplay between economic policy and social dignity, demonstrating how misaligned incentives can undermine human capital and institutional trust. Looking forward, the persistence of these dynamics signals the need for innovative solutions and technological advancements, such as equitable digital marketplaces or wage-indexed systems, to complement or replace current frameworks. Continued research into adaptive economic models and inclusive technologies remains essential to address these challenges, ensuring labor regains its role as a cornerstone of dignity and progress in Cuba and similar contexts, fostering a future where socioeconomic systems align with ethical imperatives for human well-being.
Keywords: Submerged wages, socioeconomic crisis, salaried work, inverted socioeconomic pyramid, informal economy, rampant inflation, mass migration, ethical decay, monetary unification, digital platforms, Internet, human capital, structural poverty, inequality, structural reforms, social cohesion, social dignity, equitable digital marketplaces, wage-indexed systems, adaptive economic models, inclusive technologies.
INTRODUCCIÓN
En 2023, un médico cubano… con más de 20 años de experiencia ganaba un salario mensual equivalente a 20 dólares estadounidenses, mientras que un trabajador informal vendiendo productos en el mercado negro podía obtener ingresos diez veces superiores en el mismo período (Rodríguez, 2023). Esta paradoja, donde el esfuerzo profesional es eclipsado por actividades al margen de la legalidad, no es un hecho aislado, sino un reflejo de una crisis estructural en Cuba: la persistencia de los salarios sumergidos. ¿Cómo es posible que en un país que históricamente ha enarbolado la justicia social como bandera, el trabajo asalariado, pilar de la dignidad humana, se haya convertido en un mecanismo de exclusión y pobreza? Este fenómeno, lejos de ser una mera consecuencia de la crisis económica, constituye su núcleo, erosionando el tejido social y cuestionando las bases mismas de la movilidad social y el mérito.
La persistencia de los salarios sumergidos en la Cuba contemporánea representa uno de los desafíos más acuciantes para la estabilidad socioeconómica del país. Este fenómeno, caracterizado por retribuciones laborales insuficientes para garantizar un nivel de vida digno, no solo perpetúa la pobreza y la desigualdad, sino que configura un entramado sistémico de distorsiones que debilitan el capital humano, desacreditan el trabajo profesional y fomentan prácticas de supervivencia al margen de la legalidad. La tesis central de este ensayo sostiene que los salarios sumergidos constituyen un pilar estructural de la crisis socioeconómica cubana, al erosionar la función del trabajo asalariado como mecanismo de subsistencia y movilidad social, generando dinámicas como la pirámide socioeconómica invertida, la expansión de la economía informal, la migración masiva y la descomposición ética e institucional, todas amplificadas por una inflación galopante (Mesa-Lago, 2022; Pérez, 2021).
La relevancia de este tema radica en su capacidad para explicar no solo las dificultades económicas actuales de Cuba, sino también las profundas transformaciones sociales que han reconfigurado las jerarquías de ingresos y los valores asociados al trabajo. Desde las reformas económicas postrevolucionarias, el Estado cubano ha priorizado el control centralizado de la economía, lo que ha resultado en una desvalorización sostenida del trabajo asalariado (Echevarría, 2020). Este proceso se ha agudizado en la última década, particularmente tras la unificación monetaria de 2021, que desencadenó una inflación galopante y una dolarización parcial de la economía, reduciendo drásticamente el poder adquisitivo de los asalariados (Torres, 2023). Como resultado, se ha consolidado una pirámide socioeconómica invertida, donde los ingresos provenientes de actividades informales o no profesionales superan con creces los salarios formales, desincentivando la profesionalización y promoviendo la emigración, especialmente de profesionales altamente cualificados (Rodríguez, 2023).
El atractivo de este análisis radica en su enfoque multidimensional, que conecta factores económicos, sociales y éticos para comprender cómo los salarios sumergidos no son un síntoma aislado, sino el núcleo de una crisis sistémica. La economía informal, por ejemplo, ha emergido como una respuesta pragmática a la insuficiencia salarial, pero a costa de erosionar la institucionalidad y normalizar prácticas de supervivencia que desafían el marco legal (Pérez, 2021). Asimismo, la inflación, que alcanzó tasas superiores al 500% en algunos sectores tras la unificación monetaria, ha profundizado la desconexión entre el esfuerzo laboral y la capacidad de consumo, consolidando un ciclo de pobreza estructural (Mesa-Lago, 2022). Estos fenómenos, interconectados, no solo obstaculizan la recuperación económica, sino que plantean interrogantes éticos sobre la sostenibilidad de un modelo que desvaloriza el trabajo como pilar de la dignidad humana.
La actualidad de este tema es innegable, dado que Cuba enfrenta una de las peores crisis económicas de su historia reciente, marcada por la escasez, la inflación y una emigración masiva que alcanzó niveles récord en 2022, con más de 300,000 personas abandonando el país (Torres, 2023). En este contexto, analizar los salarios sumergidos como núcleo estructural de la crisis no solo permite comprender las dinámicas históricas y actuales que perpetúan la pobreza y la desigualdad, sino también identificar posibles caminos hacia una recuperación económica y social que priorice la retribución justa del trabajo y la dignificación de la vida. Este ensayo, por tanto, se propone examinar estas dinámicas con rigor académico, ofreciendo una base para el debate y la formulación de políticas que aborden las raíces estructurales de la crisis cubana.
Contextualización histórica
La persistencia de los salarios sumergidos en la Cuba contemporánea, como núcleo estructural de la crisis socioeconómica, no puede comprenderse sin un análisis exhaustivo de su evolución histórica. Este fenómeno, profundamente arraigado en las dinámicas económicas, políticas y sociales del país, tiene sus orígenes en las transformaciones estructurales impulsadas tras la Revolución Cubana de 1959. Desde entonces, las políticas estatales han moldeado un sistema económico que, aunque inicialmente buscaba garantizar la equidad, terminó desvalorizando el trabajo asalariado, generando distorsiones sistémicas como la pirámide socioeconómica invertida, la economía informal y la descomposición ética e institucional. A continuación, se presenta una revisión histórica que, desde una perspectiva crítica y multidisciplinaria, traza la génesis y evolución de este problema, conectándolo con la tesis central y el objetivo general del ensayo.
Orígenes revolucionarios y la centralización económica (1959-1989)
La Revolución Cubana marcó un punto de inflexión en la estructura económica y social del país, al instaurar un modelo socialista basado en la centralización estatal de los medios de producción y la distribución de recursos. Este sistema, inspirado en los principios del marxismo-leninismo, priorizó la igualdad distributiva sobre la retribución diferenciada del trabajo, lo que sentó las bases para la desvalorización del salario como incentivo económico (Mesa-Lago, 1978). En los primeros años posteriores a 1959, el Estado nacionalizó empresas privadas y estableció un sistema de planificación centralizada, eliminando los mecanismos de mercado que regulaban los salarios. Como resultado, los ingresos se homogeneizaron, y el trabajo asalariado perdió su función como motor de movilidad social, ya que el acceso a bienes y servicios dependía más de la asignación estatal que del esfuerzo laboral (Eckstein, 1994).
Esta etapa también vio la implementación de políticas que desincentivaron la profesionalización. Por ejemplo, la Campaña de Alfabetización de 1961 y las posteriores reformas educativas expandieron el acceso a la educación, pero el sistema laboral no recompensaba adecuadamente las cualificaciones profesionales (Pérez-Stable, 1999). Según Mesa-Lago (1978), los salarios de los profesionales, como médicos o ingenieros, eran apenas superiores a los de trabajadores no calificados, lo que generó una percepción de “igualitarismo excesivo” que desmotivó la inversión en capital humano. Este modelo, aunque exitoso en reducir desigualdades iniciales, creó una contradicción estructural: el trabajo asalariado, en teoría el pilar del socialismo, se convirtió en un mecanismo de subsistencia limitado, incapaz de garantizar un nivel de vida digno.
La dependencia de la Unión Soviética y el Consejo de Ayuda Mutua Económica (COMECON) durante las décadas de 1970 y 1980 agravó esta dinámica. Los subsidios soviéticos permitieron al gobierno cubano mantener un sistema de distribución igualitaria, pero también desincentivaron la productividad laboral, ya que los salarios no reflejaban el valor económico del trabajo (Domínguez, 1989). En este contexto, comenzaron a emerger prácticas informales de supervivencia, como el trueque y el mercado negro, que compensaban la insuficiencia salarial (Eckstein, 1994). Estas dinámicas, aunque marginales en ese momento, anticiparon la expansión de la economía informal que caracterizaría las décadas posteriores.
Crisis del Período Especial y la emergencia de la economía informal (1990-2000)
El colapso de la Unión Soviética en 1991 y la consecuente desaparición de los subsidios del COMECON desencadenaron una crisis económica sin precedentes en Cuba, conocida como el Período Especial en Tiempos de Paz. La caída del Producto Interno Bruto (PIB) en más de un 35% entre 1990 y 1993 exacerbó la insuficiencia de los salarios, que ya eran bajos, al reducir drásticamente el poder adquisitivo de los asalariados (Mesa-Lago, 2000). En este contexto, el gobierno cubano introdujo reformas económicas limitadas, como la legalización del trabajo por cuenta propia y la apertura al turismo, que generaron nuevas fuentes de ingresos, pero también profundizaron las desigualdades (Pérez, 1995).
La dolarización parcial de la economía, iniciada en 1993 con la legalización del dólar estadounidense, marcó un punto de inflexión en la configuración de la pirámide socioeconómica invertida. Los trabajadores del sector turístico, los cuentapropistas y aquellos con acceso a remesas extranjeras comenzaron a obtener ingresos significativamente superiores a los de los profesionales del sector estatal, como médicos o maestros (Eckstein, 2003). Según Ritter (1998), un taxista informal podía ganar en un día lo que un médico obtenía en un mes, lo que evidenció la desconexión entre el esfuerzo laboral y la retribución económica. Esta dinámica desincentivó la profesionalización y consolidó la economía informal como una estrategia de supervivencia, ya que las actividades al margen de la legalidad ofrecían mayores retribuciones que el empleo formal.
La emergencia de la economía informal durante el Período Especial no solo reflejó la insuficiencia salarial, sino que también erosionó la institucionalidad. Como señala Pérez (1995), las prácticas de mercado negro, el desvío de recursos estatales y la corrupción se normalizaron como mecanismos para compensar la precariedad económica. Estas dinámicas, lejos de ser temporales, se institucionalizaron en la estructura social cubana, configurando un sistema donde la legalidad y la ética comenzaron a ceder ante la necesidad de supervivencia.
Reformas “Raulistas” y unificación monetaria (2008-2021)
La ascensión de “Castro” a la presidencia enmarcó el inicio de una serie de reformas económicas destinadas a modernizar el modelo socialista cubano. Estas reformas, conocidas como los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución (2011), buscaban incrementar la productividad y reducir la dependencia del empleo estatal, promoviendo el trabajo por cuenta propia y la descentralización de ciertas actividades económicas (Mesa-Lago & Pérez-López, 2013). Sin embargo, estas medidas no abordaron de manera efectiva la problemática de los salarios sumergidos. Aunque se incrementaron los salarios en algunos sectores estatales, como la salud y la educación, estos ajustes fueron insuficientes para contrarrestar la inflación y la creciente dolarización de la economía (Torres, 2016).
La unificación monetaria, implementada el 1 de enero de 2021, representó un intento de racionalizar el sistema económico cubano, eliminando la dualidad monetaria entre el peso cubano (CUP) y el peso convertible (CUC). Sin embargo, esta medida, lejos de resolver la crisis salarial, la agravó. La devaluación del peso cubano y la eliminación de subsidios generalizados desencadenaron una inflación galopante, con tasas que superaron el 500% en algunos sectores entre 2021 y 2022 (Mesa-Lago, 2022). Como resultado, el poder adquisitivo de los asalariados se redujo drásticamente, consolidando la desconexión entre el esfuerzo laboral y la capacidad de consumo. Según Torres (2023), un salario promedio en el sector estatal, equivalente a unos 20 dólares mensuales en 2022, apenas cubría el 10% de la canasta básica de bienes y servicios.
La unificación monetaria también intensificó la dolarización parcial de la economía, ya que el gobierno introdujo tiendas en Moneda Libremente Convertible (MLC), accesibles solo con divisas extranjeras. Esta medida, destinada a captar remesas, marginó aún más a los asalariados del sector estatal, que carecían de acceso a divisas (Rodríguez, 2023). En este contexto, la pirámide socioeconómica invertida se consolidó como una característica estructural del sistema cubano, con los trabajadores informales, los cuentapropistas y aquellos con acceso a remesas ocupando los estratos superiores de ingresos, mientras los profesionales del sector estatal permanecían en la base (Pérez, 2021).
Dinámicas recientes y la crisis multidimensional (2021-2025)
Desde 2021, la crisis socioeconómica cubana se ha profundizado, marcada por una combinación de inflación galopante, escasez de bienes básicos y una emigración masiva que alcanzó niveles récord en 2022, con más de 300,000 personas abandonando el país (Torres, 2023). Los salarios sumergidos han desempeñado un papel central en esta crisis, al incentivar la migración interna hacia sectores informales y la emigración externa, especialmente de profesionales altamente cualificados. Según Rodríguez (2023), la pérdida de capital humano, particularmente en los sectores de la salud y la educación, amenaza la sostenibilidad de los logros sociales de la Revolución, como el acceso universal a estos servicios.
La inflación, exacerbada por la unificación monetaria y la dependencia de importaciones, ha actuado como un multiplicador del deterioro, reduciendo aún más el poder adquisitivo de los asalariados y profundizando la pobreza estructural. Como señala Mesa-Lago (2022), más del 70% de la población cubana vivía por debajo del umbral de pobreza en 2022, una situación agravada por la incapacidad del sistema salarial para garantizar un nivel de vida digno. En este contexto, la economía informal se ha expandido aún más, con estimaciones que sugieren que representa hasta el 40% de la actividad económica del país (Pérez, 2021). Esta expansión, aunque permite a ciertos sectores mitigar la precariedad, ha consolidado prácticas de supervivencia al margen de la legalidad, erosionando la ética social y la confianza en las instituciones.
La descomposición ética e institucional, otro de los efectos de los salarios sumergidos, se manifiesta en el aumento de la corrupción y el desvío de recursos estatales, prácticas que se han normalizado como mecanismos de supervivencia (Echevarría, 2020). Este fenómeno, lejos de ser un efecto colateral, refleja la incapacidad del sistema para alinear los incentivos económicos con los valores socialistas que históricamente han legitimado el modelo cubano. En este sentido, los salarios sumergidos no solo perpetúan la pobreza y la desigualdad, sino que también obstaculizan la recuperación económica al desincentivar la productividad y erosionar la cohesión social.
Relevancia del análisis histórico para el presente ensayo
El análisis histórico presentado demuestra que los salarios sumergidos no son un fenómeno reciente, sino el resultado de una trayectoria de políticas estatales que, desde 1959, han priorizado el control económico sobre la retribución equitativa del trabajo. Esta dinámica ha generado distorsiones sistémicas, como la pirámide socioeconómica invertida y la economía informal, que han erosionado el capital humano, incentivado la migración y promovido la descomposición ética e institucional. La inflación galopante, particularmente tras la unificación monetaria de 2021, ha amplificado estas dinámicas, consolidando los salarios sumergidos como el núcleo estructural de la crisis socioeconómica cubana. Este contexto histórico, alineado con la tesis central y el objetivo general del ensayo, subraya la necesidad de reformas estructurales que prioricen la retribución justa del trabajo para restablecer un orden meritocrático y dignificar la vida en el país.
Tesis Principal del presente ensayo académico
La persistencia de los salarios sumergidos en la Cuba contemporánea configura un pilar estructural de la crisis socioeconómica del país, al debilitar la función del trabajo asalariado como mecanismo de subsistencia y movilidad social. Este fenómeno, perpetuado por un sistema estatal que no garantiza retribuciones suficientes ni equitativas, fomenta la pobreza, la desigualdad y la emergencia de distorsiones sistémicas, como la pirámide socioeconómica invertida y la expansión de la economía informal. Dichas dinámicas, agravadas por la inflación galopante, erosionan el capital humano, incentivan la migración, promueven prácticas de supervivencia al margen de la legalidad y aceleran la descomposición ética e institucional, consolidando los salarios sumergidos como un núcleo estructural de la crisis que obstaculiza la recuperación económica y la dignificación de la vida en Cuba.
Problema de Investigación del presente ensayo académico
¿Cómo la persistencia de los salarios sumergidos en la Cuba contemporánea, en el contexto de un sistema estatal que no garantiza retribuciones suficientes ni equitativas, constituye un núcleo estructural de la crisis socioeconómica, al fomentar distorsiones como la pirámide socioeconómica invertida, la economía informal, la migración y la descomposición ética e institucional, y de qué manera la inflación galopante amplifica estas dinámicas, impidiendo la recuperación económica y la dignificación de la vida en el país?
Hipótesis o respuesta tentativa al problema de investigación
Se plantea que los salarios sumergidos en la Cuba contemporánea, resultado de políticas estatales históricas y actuales que priorizan el control económico sobre la retribución equitativa del trabajo, constituyen el núcleo estructural de la crisis socioeconómica del país. Esta situación, arraigada en la desvalorización del trabajo asalariado desde las reformas económicas postrevolucionarias, ha generado una pirámide socioeconómica invertida, donde los ingresos provenientes de actividades informales o no profesionales superan los salarios formales, desincentivando la profesionalización y debilitando el capital humano. Asimismo, la expansión de la economía informal, como respuesta a la insuficiencia salarial, ha consolidado prácticas de supervivencia al margen de la legalidad, erosionando la ética social y la institucionalidad. La inflación galopante, exacerbada por la unificación monetaria de 2021 y la dolarización parcial de la economía, ha reducido drásticamente el poder adquisitivo de los asalariados, profundizando la desconexión entre esfuerzo laboral y capacidad de consumo. Estos factores, interconectados, incentivan la migración interna hacia sectores informales y la emigración externa, especialmente de profesionales, lo que agrava la pérdida de capital humano y perpetúa la pobreza y la desigualdad. Por tanto, la transformación de esta dinámica salarial resulta indispensable para restablecer un orden meritocrático, promover la recuperación económica y dignificar la vida en Cuba, requiriendo reformas estructurales que prioricen la retribución justa del trabajo y mitiguen los efectos de la inflación.
Objetivo General del presente estudio
Analizar la persistencia de los salarios sumergidos en la Cuba contemporánea como núcleo estructural de la crisis socioeconómica, examinando su impacto en la desvalorización del trabajo asalariado, la emergencia de distorsiones sistémicas como la pirámide socioeconómica invertida y la economía informal, y su amplificación por la inflación galopante, con el propósito de identificar las dinámicas históricas y actuales que perpetúan la pobreza, la desigualdad, la migración y la descomposición ética e institucional, y proponer bases para una recuperación económica y social que dignifique la vida en el país.
DISEÑO METODOLÓGICO
La elaboración del presente ensayo académico se fundamentó en una metodología rigurosa que combinó investigación documental, análisis crítico y síntesis teórica para abordar el fenómeno de los salarios sumergidos como pilar de la crisis socioeconómica cubana. Este proceso metodológico se diseñó para garantizar la profundidad del análisis, la coherencia argumentativa y la solidez académica del texto, integrando fuentes confiables y un marco teórico robusto.
El proceso de investigación comenzó con la identificación del problema central: la persistencia de los salarios sumergidos como núcleo estructural de la crisis socioeconómica en Cuba. Para delimitar el alcance del estudio, se formuló una pregunta de investigación que indagaba cómo este fenómeno, amplificado por la inflación galopante, genera distorsiones sistémicas como la pirámide socioeconómica invertida, la economía informal, la migración y la descomposición ética e institucional. Esta pregunta orientó la selección de información, asegurando que las fuentes abordaran tanto las causas históricas como las implicaciones actuales del problema. Se optó por un enfoque cualitativo, basado en la revisión de literatura académica, para construir un análisis multidimensional que integrara perspectivas económicas, sociológicas y éticas.
La selección de fuentes se realizó mediante una búsqueda sistemática en bases de datos académicas reconocidas, como JSTOR, SpringerLink y Google Scholar, utilizando términos clave en español e inglés, tales como “salarios sumergidos”, “crisis socioeconómica Cuba”, “economía informal” y “unificación monetaria”. Estas bases de datos proporcionaron acceso a artículos de revistas indexadas, libros académicos y estudios especializados sobre la economía y sociedad cubanas. Además, se consultaron publicaciones de editoriales como Oxford University Press y University Press of Florida, que ofrecen análisis históricos y contemporáneos del contexto cubano. Las fuentes seleccionadas, como los trabajos de Mesa-Lago (2022), Pérez (2021) y Rodríguez (2023), fueron evaluadas por su relevancia, rigor metodológico y actualidad, asegurando que aportaran datos empíricos y marcos teóricos pertinentes al tema.
La organización de la información se estructuró en torno a un marco teórico-conceptual que articuló conceptos fundamentales, intermedios y complejos, desde el salario y el trabajo asalariado hasta la pirámide socioeconómica invertida y la descomposición ética e institucional. Este marco, fundamentado en autores como Marx (1867/1990), Sen (1999) y Granovetter (1985), permitió analizar las interrelaciones entre los salarios sumergidos y sus efectos estructurales. La información recopilada se clasificó temáticamente según los ejes del ensayo: contexto histórico, distorsiones sistémicas, impacto de la inflación y proyecciones futuras. Este proceso facilitó la integración de las fuentes en el texto, donde se citaron de manera precisa para respaldar los argumentos, siguiendo las normas de la 7ª edición de la American Psychological Association (APA).
El análisis de los datos se llevó a cabo mediante un enfoque crítico que combinó la triangulación teórica y la interpretación de evidencias empíricas. Por ejemplo, los datos sobre la inflación galopante post-unificación monetaria (Mesa-Lago, 2022) se contrastaron con estudios sobre la economía informal (Pérez, 2021) para demostrar cómo ambos fenómenos amplifican las distorsiones generadas por los salarios sumergidos. Este análisis se complementó con una reflexión crítica que empleó recursos retóricos, como analogías y metáforas, para destacar la paradoja de un sistema socialista que desvaloriza el trabajo asalariado, fortaleciendo la argumentación y la claridad expositiva.
La estructura del ensayo se diseñó para garantizar coherencia y fluidez. La introducción comenzó con un texto inicial introductorio que presentó una paradoja impactante: el contraste entre el salario de un médico y los ingresos de un trabajador informal, captando la atención del lector y estableciendo la relevancia del tema (Rodríguez, 2023). A continuación, se desarrolló una contextualización histórica que trazó la evolución de los salarios sumergidos desde la Revolución Cubana hasta la crisis actual, seguida de la presentación de la tesis, la pregunta de investigación, la hipótesis y el objetivo general. El desarrollo se organizó en secciones que abordaron los efectos generales de los salarios sumergidos, las distorsiones sistémicas, la economía informal, la migración y las proyecciones futuras, integrando avances tecnológicos como las plataformas digitales (Henken, 2021). La conclusión sintetizó los hallazgos, reafirmando la tesis y destacando la necesidad de reformas estructurales para dignificar la vida en Cuba.
La coherencia del texto se aseguró mediante transiciones lógicas entre secciones, un lenguaje académico preciso y la reiteración de conceptos clave, como la pirámide socioeconómica invertida y la descomposición ética, que actuaron como hilos conductores. La selección de teorías, como la economía clásica (Smith, 1776/1976), la teoría del capital humano (Becker, 1993) y la sociología económica (Granovetter, 1985), se justificó por su capacidad para explicar las dinámicas económicas y sociales del contexto cubano. Estas teorías se aplicaron de manera interdisciplinaria para analizar cómo los salarios sumergidos generan pobreza, desigualdad y erosión institucional, enriqueciendo el análisis.
Un aspecto metodológico relevante fue la incorporación de un enfoque prospectivo, que evaluó el impacto de tecnologías digitales y la globalización en la economía informal cubana. Este análisis, respaldado por Henken (2021), permitió proyectar escenarios futuros y subrayar la necesidad de soluciones innovadoras, como mercados digitales equitativos. Además, se mantuvo un tono objetivo y neutral, evitando juicios de valor y priorizando la evidencia académica para sustentar las conclusiones.
DESARROLLO:
El análisis de los salarios sumergidos en la Cuba contemporánea como núcleo estructural de la crisis socioeconómica requiere un marco teórico conceptual que articule enfoques económicos, sociológicos y éticos para comprender las dinámicas que perpetúan la pobreza, la desigualdad y las distorsiones sistémicas. Este marco, fundamentado en una triangulación teórica, integra conceptos clave que van desde la noción básica de salario hasta constructos más complejos como la pirámide socioeconómica invertida, la economía informal y la descomposición ética e institucional. Al interrelacionar estas categorías, se establece una base sólida para abordar la tesis central del ensayo, que sostiene que los salarios sumergidos debilitan la función del trabajo asalariado como mecanismo de subsistencia y movilidad social, generando consecuencias estructurales agravadas por la inflación galopante. Este apartado desarrolla estos conceptos, su evolución teórica y su relevancia para la pregunta de investigación, la hipótesis y el objetivo general, asegurando una comprensión crítica del fenómeno.
Conceptos fundamentales: Salario y trabajo asalariado
El concepto de salario, entendido como la retribución económica por el trabajo realizado, constituye el punto de partida para analizar la crisis socioeconómica cubana. Desde la perspectiva de la economía clásica, el salario refleja el valor del trabajo en un mercado competitivo, funcionando como un incentivo para la productividad y un medio para la subsistencia (Smith, 1776/1976). Sin embargo, en sistemas socialistas como el cubano, el salario se desvía de esta lógica de mercado y se configura como un instrumento de distribución igualitaria, lo que, según Mesa-Lago (1978), reduce su capacidad para recompensar el mérito o la cualificación. Esta desvalorización del salario, central en la hipótesis del ensayo, erosiona la función estructurante del trabajo asalariado, definido por Marx (1867/1990) como la actividad humana que, mediante el intercambio de fuerza de trabajo, genera valor económico y social.
En el contexto cubano, el trabajo asalariado ha perdido su rol como mecanismo de movilidad social debido a políticas estatales que priorizan el control económico sobre la retribución equitativa. Como señala Echevarría (2020), la homogeneización salarial postrevolucionaria, destinada a reducir desigualdades, generó una contradicción: el esfuerzo laboral dejó de traducirse en bienestar material, incentivando estrategias alternativas de supervivencia. Este fenómeno, alineado con la pregunta de investigación, pone en evidencia cómo la insuficiencia salarial fomenta dinámicas distorsionadoras, como la economía informal, que se exploran a continuación.
Conceptos intermedios: Pobreza, desigualdad y capital humano
La pobreza, entendida como la incapacidad de satisfacer necesidades básicas debido a ingresos insuficientes (Sen, 1999), emerge como una consecuencia directa de los salarios sumergidos en Cuba. Desde la perspectiva de la economía del desarrollo, la pobreza no solo implica privación material, sino también la exclusión de oportunidades de movilidad social (Todaro & Smith, 2015). En el caso cubano, la insuficiencia salarial perpetúa la pobreza estructural, ya que los ingresos del sector estatal no cubren la canasta básica, forzando a los trabajadores a recurrir a actividades informales (Pérez, 2021). Este vínculo entre salarios sumergidos y pobreza es central para la tesis del ensayo, que identifica esta dinámica como un pilar de la crisis socioeconómica.
La desigualdad, por su parte, se manifiesta en la creciente brecha entre los ingresos del sector estatal y los provenientes de actividades informales o relacionadas con divisas. Bourdieu (1986) conceptualiza la desigualdad no solo en términos económicos, sino también como una distribución desigual de capital social y cultural, lo que en Cuba se refleja en la desvalorización del capital humano. El capital humano, definido por Becker (1993) como el conjunto de habilidades, conocimientos y experiencia adquiridos mediante la educación y el trabajo, se ve debilitado en Cuba debido a la falta de incentivos para la profesionalización. Como señala Rodríguez (2023), la emigración de profesionales altamente cualificados, incentivada por los bajos salarios, agrava esta pérdida, un aspecto clave de la hipótesis que subraya la erosión del capital humano como efecto estructural de los salarios sumergidos.
Conceptos complejos: Pirámide socioeconómica invertida y economía informal
La pirámide socioeconómica invertida, un concepto desarrollado por Ritter (1998) en el contexto cubano, describe una estructura de ingresos donde los trabajadores informales o no profesionales obtienen retribuciones superiores a las de los profesionales del sector estatal. Esta distorsión, resultado de la desvalorización del trabajo asalariado, desafía los principios meritocráticos y refuerza la desigualdad. Desde la sociología económica, Granovetter (1985) argumenta que las estructuras económicas están profundamente influenciadas por redes sociales y prácticas informales, lo que en Cuba se traduce en una economía donde el acceso a divisas o actividades no reguladas determina el estatus socioeconómico. Esta dinámica, central para la pregunta de investigación, ilustra cómo los salarios sumergidos generan distorsiones sistémicas que trascienden lo económico y afectan el orden social.
La economía informal, definida por Hart (1973) como el conjunto de actividades económicas no reguladas ni gravadas por el Estado, ha crecido en Cuba como respuesta a la insuficiencia salarial. Portes y Schauffler (1993) destacan que la informalidad no es solo una estrategia de supervivencia, sino también un desafío a la institucionalidad, ya que normaliza prácticas al margen de la legalidad. En el contexto cubano, la expansión de la economía informal, estimada en un 40% de la actividad económica (Pérez, 2021), refleja la incapacidad del sistema salarial para garantizar la subsistencia, promoviendo lo que la hipótesis identifica como una descomposición ética e institucional. Esta erosión se manifiesta en prácticas como la corrupción y el desvío de recursos, que, según Echevarría (2020), se han normalizado como mecanismos de adaptación a la precariedad.
Inflación galopante y descomposición ética e institucional
La inflación galopante, entendida como el aumento sostenido y generalizado de los precios (Mankiw, 2019), actúa como un multiplicador del deterioro causado por los salarios sumergidos. En Cuba, la unificación monetaria de 2021, que eliminó la dualidad entre el peso cubano (CUP) y el peso convertible (CUC), desencadenó tasas de inflación superiores al 500% en algunos sectores, reduciendo drásticamente el poder adquisitivo de los asalariados (Mesa-Lago, 2022). Desde la teoría monetaria, Friedman (1968) argumenta que la inflación desestabiliza las economías al distorsionar los incentivos laborales, un fenómeno evidente en Cuba, donde el esfuerzo laboral no se traduce en capacidad de consumo. Este aspecto, abordado en la pregunta de investigación, subraya cómo la inflación amplifica las distorsiones generadas por los salarios sumergidos.
La descomposición ética e institucional, por su parte, se refiere a la erosión de los valores sociales y la confianza en las instituciones debido a la normalización de prácticas ilegales. Desde la perspectiva de la sociología institucional, North (1990) sostiene que las instituciones formales, como el sistema salarial, moldean el comportamiento social, pero cuando fallan, dan paso a arreglos informales que debilitan la cohesión social. En Cuba, la insuficiencia salarial ha incentivado prácticas como el mercado negro y la corrupción, lo que, según Pérez (2021), refleja una crisis de legitimidad del sistema estatal. Esta descomposición, identificada en la hipótesis, constituye un obstáculo para la recuperación económica y la dignificación de la vida, objetivos centrales del presente ensayo académico.
Interrelación de conceptos a modo de entramado teórico
Los conceptos presentados —salario, trabajo asalariado, pobreza, desigualdad, capital humano, pirámide socioeconómica invertida, economía informal, inflación galopante y descomposición ética e institucional— forman un entramado teórico que ilustra la complejidad de los salarios sumergidos como núcleo de la crisis socioeconómica cubana. El salario insuficiente, al debilitar el trabajo asalariado, genera pobreza y desigualdad, desincentiva la acumulación de capital humano y fomenta la pirámide socioeconómica invertida. Esta distorsión, a su vez, impulsa la economía informal, que, aunque compensa la precariedad, erosiona la institucionalidad y normaliza prácticas antiéticas. La inflación galopante agrava estas dinámicas al reducir el poder adquisitivo, profundizando la desconexión entre esfuerzo laboral y subsistencia. Finalmente, la descomposición ética e institucional consolida un ciclo de deterioro que obstaculiza la recuperación económica.
Este marco teórico se alinea directamente con la tesis central, que identifica los salarios sumergidos como un pilar estructural de la crisis al generar distorsiones sistémicas. Responde a la pregunta de investigación al explicar cómo estas dinámicas, amplificadas por la inflación, perpetúan la pobreza, la migración y la descomposición social. Confirma la hipótesis al demostrar que la desvalorización del trabajo, arraigada en políticas estatales, ha consolidado una estructura económica y social disfuncional. Finalmente, sustenta el objetivo general al proporcionar una base conceptual para analizar el impacto de los salarios sumergidos y proponer reformas que restablezcan la función del trabajo asalariado como motor de dignificación y movilidad social.
La persistencia de los salarios sumergidos en la Mayor de las Antillas contemporánea constituye un pilar estructural de la crisis socioeconómica, al erosionar la función del trabajo asalariado como mecanismo de subsistencia y movilidad social. Este fenómeno, perpetuado por un sistema estatal que no garantiza retribuciones suficientes ni equitativas, genera distorsiones sistémicas como la pirámide socioeconómica invertida, la economía informal, la migración masiva y la descomposición ética e institucional, todas amplificadas por la inflación galopante. El presente apartado desarrolla estos argumentos, organizándolos de manera lógica y progresiva, desde los efectos generales de los salarios sumergidos hasta sus implicaciones específicas en la estructura social y económica cubana. Se integran perspectivas multidisciplinarias, evidencias empíricas y proyecciones futuras, destacando el impacto de avances tecnológicos y las dinámicas globales, para sustentar la tesis central y el objetivo general del ensayo.
Efectos generales: Erosión del trabajo asalariado y pobreza estructural
Los salarios sumergidos en Cuba, definidos como retribuciones insuficientes para cubrir necesidades básicas, han debilitado la función estructurante del trabajo asalariado, generando pobreza estructural. Según datos de Mesa-Lago (2022), en 2022, más del 70% de la población cubana vivía por debajo del umbral de pobreza, con un salario promedio en el sector estatal equivalente a unos 20 dólares mensuales, incapaz de cubrir el 10% de la canasta básica. Esta situación contrasta con los principios socialistas que históricamente legitimaron el modelo cubano, donde el trabajo asalariado era el pilar de la dignidad y la equidad (Pérez-Stable, 1999). Desde la economía del desarrollo, Sen (1999) argumenta que la pobreza no solo implica privación material, sino también la exclusión de oportunidades, un fenómeno evidente en Cuba, donde la insuficiencia salarial limita el acceso a bienes esenciales y perpetúa la marginalización social.
La erosión del trabajo asalariado también desincentiva la productividad, ya que los trabajadores perciben que su esfuerzo no se traduce en bienestar material. Ritter (2016) destaca que esta desconexión ha generado una “apatía laboral” en el sector estatal, donde los empleados priorizan estrategias de supervivencia externas, como el pluriempleo informal. Esta dinámica, agravada por la inflación galopante posterior a la unificación monetaria de 2021, ilustra cómo los salarios sumergidos no son un síntoma aislado, sino un motor de la crisis económica, al reducir la capacidad de consumo y limitar la demanda interna, un aspecto clave para la recuperación económica (Torres, 2023).
Distorsiones sistémicas: Pirámide socioeconómica invertida
Una de las distorsiones más significativas de los salarios sumergidos es la consolidación de una pirámide socioeconómica invertida, donde los ingresos provenientes de actividades informales o no profesionales superan los salarios del sector estatal. Rodríguez (2023) documenta que, en 2023, un trabajador informal vendiendo productos en el mercado negro podía obtener ingresos diez veces superiores a los de un médico con 20 años de experiencia. Esta inversión de la jerarquía de ingresos desafía los principios meritocráticos y desvaloriza el capital humano, ya que las profesiones altamente cualificadas, como la medicina o la ingeniería, ofrecen retribuciones inferiores a las de ocupaciones no reguladas, como el comercio informal o el transporte privado.
Desde la sociología económica, Granovetter (1985) sostiene que las estructuras económicas están moldeadas por redes sociales, lo que en Cuba se manifiesta en la dependencia de conexiones informales para acceder a divisas o recursos. La introducción de tiendas en Moneda Libremente Convertible (MLC) en 2020, accesibles solo con divisas extranjeras, ha exacerbado esta dinámica, marginando a los asalariados del sector estatal y consolidando una élite económica basada en el acceso a remesas o actividades informales (Pérez, 2021). Este fenómeno, alineado con la hipótesis del ensayo, no solo perpetúa la desigualdad, sino que también desincentiva la profesionalización, ya que los jóvenes perciben mayor beneficio en ocupaciones no reguladas que en la educación superior.
Expansión de la economía informal y descomposición ética
La economía informal, estimada en un 40% de la actividad económica cubana (Pérez, 2021), ha emergido como una respuesta pragmática a los salarios sumergidos, pero a costa de erosionar la institucionalidad. Portes y Schauffler (1993) argumentan que la informalidad, aunque ofrece soluciones a corto plazo, normaliza prácticas al margen de la legalidad, debilitando la confianza en las instituciones. En Cuba, actividades como el mercado negro, el desvío de recursos estatales y la corrupción se han consolidado como mecanismos de supervivencia. Echevarría (2020) cita el ejemplo de trabajadores estatales que complementan sus ingresos revendiendo productos subsidiados, una práctica que, aunque generalizada, refleja una descomposición ética derivada de la precariedad económica.
La influencia de avances tecnológicos ha amplificado la economía informal, particularmente a través de plataformas digitales. Desde 2018, el acceso a internet móvil en Cuba ha permitido la creación de mercados virtuales en aplicaciones como Revolico, donde se comercializan bienes y servicios al margen de la regulación estatal (Henken, 2021). Estas plataformas, aunque facilitan el intercambio, profundizan la desconexión entre el trabajo formal y la subsistencia, ya que los ingresos generados en el sector informal superan con creces los salarios estatales. Este desarrollo tecnológico, liderado por proveedores internacionales como Google y entidades cubanas como ETECSA (Empresa de Telecomunicaciones de Cuba, S.A.), ilustra cómo la globalización tecnológica puede exacerbar las distorsiones económicas en contextos de crisis.
Migración y pérdida de capital humano
Los salarios sumergidos han incentivado la migración interna hacia sectores informales y la emigración externa, especialmente de profesionales, agravando la pérdida de capital humano. Según Torres (2023), en 2022, más de 300,000 cubanos abandonaron el país, un éxodo liderado por profesionales de la salud y la educación, sectores tradicionalmente valorados por el modelo socialista. Becker (1993) destaca que la emigración de capital humano reduce la capacidad productiva de un país, un impacto particularmente severo en Cuba, donde la formación de profesionales ha sido un pilar del sistema educativo. La insuficiencia salarial, combinada con la inflación galopante, ha hecho insostenible la permanencia de estos trabajadores en el sector estatal, empujándolos hacia destinos como Estados Unidos, México y España (Rodríguez, 2023).
La migración interna, por su parte, refleja una reorientación hacia ocupaciones informales que ofrecen mayores ingresos. Pérez (2021) documenta que muchos profesionales abandonan sus carreras para dedicarse a actividades como el comercio informal o el transporte, lo que no solo desvaloriza el capital humano, sino que también perpetúa la pirámide socioeconómica invertida. Estas dinámicas, centrales para la pregunta de investigación, evidencian cómo los salarios sumergidos generan un ciclo de deterioro que obstaculiza la recuperación económica y social.
Proyecciones futuras y el papel de la tecnología
Las proyecciones futuras sugieren que, sin reformas estructurales, los salarios sumergidos continuarán perpetuando la crisis socioeconómica cubana. La inflación galopante, que alcanzó tasas superiores al 500% en algunos sectores entre 2021 y 2023, seguirá erosionando el poder adquisitivo, profundizando la pobreza y la desigualdad (Mesa-Lago, 2022). La dependencia de tecnologías digitales, aunque ofrece oportunidades para el comercio informal, también plantea desafíos, ya que el acceso limitado a internet y dispositivos en el sector estatal restringe la capacidad de los asalariados para participar en la economía digital (Henken, 2021). Países como China y Corea del Sur, líderes en infraestructura tecnológica, podrían influir en el desarrollo de soluciones digitales en Cuba, pero la falta de inversión estatal limita estas posibilidades.
Un escenario optimista implicaría reformas que prioricen la retribución equitativa del trabajo, como la indexación de salarios a la inflación o la liberalización de sectores productivos. Sin embargo, un escenario más probable, según Ritter (2016), es la continuación de la economía informal como motor económico, lo que perpetuaría la descomposición ética e institucional. La creciente integración de Cuba en mercados globales, facilitada por tecnologías de pago como criptomonedas o plataformas transnacionales, podría diversificar las fuentes de ingresos, pero también profundizaría la dolarización y la exclusión de los asalariados sin acceso a divisas (Torres, 2023).
Reflexión crítica: Paradojas y recursos retóricos
La persistencia de los salarios sumergidos en Cuba plantea una paradoja fundamental: un sistema que enarbola la justicia social como bandera ha generado un modelo económico que desvaloriza el trabajo, el pilar de la dignidad humana. Esta contradicción puede expresarse mediante un silogismo: si el trabajo asalariado es el fundamento de la equidad socialista, y los salarios sumergidos impiden que el trabajo garantice la subsistencia, entonces el sistema cubano contradice sus propios principios. Esta inferencia lógica revela la incoherencia interna del modelo, que, al priorizar el control económico, sacrifica la retribución justa.
Una analogía ilustra esta dinámica: los salarios sumergidos son como un motor averiado en un vehículo socialista, incapaz de avanzar hacia la prosperidad prometida. Mientras el Estado intenta reparar el motor con ajustes parciales, como la unificación monetaria, la inflación actúa como un combustible defectuoso, acelerando el deterioro. Como corolario, la recuperación económica requiere un rediseño estructural del sistema salarial, un símbolo de la necesidad de alinear los incentivos económicos con los valores éticos.
Metafóricamente, los salarios sumergidos son un iceberg que oculta su magnitud bajo la superficie, pero cuya presencia amenaza con hundir el barco de la cohesión social cubana. Similar a un ecosistema desequilibrado, donde la desaparición de una especie clave desencadena el colapso, la desvalorización del trabajo asalariado ha desencadenado una cascada de distorsiones que erosionan la institucionalidad y la ética. Esta reflexión personal, fundamentada en el análisis previo, sugiere que la transformación de los salarios sumergidos no es solo una cuestión económica, sino un imperativo ético para restaurar la dignidad humana. Sin embargo, la resistencia del sistema a reformas profundas plantea una contradicción: ¿puede un modelo que desvaloriza el trabajo, reinventarse sin abandonar su identidad ideológica? Esta pregunta, sin respuesta definitiva, invita a un debate crítico sobre el futuro de Cuba.
CONCLUSIONES:
La persistencia de los salarios sumergidos en la Cuba contemporánea se configura como un núcleo estructural de la crisis socioeconómica, al erosionar la función del trabajo asalariado como pilar de subsistencia y movilidad social, perpetuando un ciclo de pobreza, desigualdad y distorsiones sistémicas que obstaculizan la recuperación económica y la dignificación de la vida en el país. Este fenómeno, arraigado en políticas estatales que han priorizado el control económico sobre la retribución equitativa, ha generado una pirámide socioeconómica invertida, donde los ingresos informales superan a los salarios profesionales, desincentivando la acumulación de capital humano y promoviendo la emigración masiva. La expansión de la economía informal, aunque representa una estrategia de supervivencia, ha normalizado prácticas al margen de la legalidad, erosionando la ética social y la confianza en las instituciones, mientras que la inflación galopante, exacerbada por la unificación monetaria de 2021, ha amplificado el deterioro al reducir drásticamente el poder adquisitivo de los asalariados. Estas dinámicas, interconectadas, no solo reflejan la incapacidad del sistema para alinear los incentivos económicos con los valores meritocráticos, sino que también plantean una paradoja ética: un modelo que enarbola la justicia social ha consolidado un sistema que desvaloriza el trabajo, fundamento de la dignidad humana. La integración de avances tecnológicos, como las plataformas digitales, ha facilitado el comercio informal, pero también ha profundizado la exclusión de los asalariados sin acceso a divisas, consolidando la dolarización parcial de la economía. Las proyecciones futuras sugieren que, sin reformas estructurales que prioricen la retribución justa y mitiguen la inflación, la crisis se agravará, perpetuando la pérdida de capital humano y la descomposición institucional. Este análisis subraya que la transformación de los salarios sumergidos no es solo una necesidad económica, sino un imperativo ético para restablecer un orden social donde el esfuerzo laboral sea reconocido como motor de progreso. En última instancia, la dignificación de la vida en Cuba depende de la capacidad del sistema para reconciliar sus principios ideológicos con un modelo económico que valore el trabajo, restaure la cohesión social y ofrezca un horizonte de esperanza para las generaciones futuras.
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CONCLUSIONS:
The persistence of submerged wages in contemporary Cuba constitutes a structural cornerstone of the socioeconomic crisis, as it undermines the role of salaried work as a foundation for subsistence and social mobility, perpetuating a cycle of poverty, inequality, and systemic distortions that hinder economic recovery and the dignification of life in the country. State policies prioritizing economic control over equitable remuneration have entrenched this phenomenon, fostering an inverted socioeconomic pyramid where informal earnings surpass professional salaries, discouraging the accumulation of human capital and driving mass emigration. The expansion of the informal economy, while serving as a survival strategy, has normalized practices outside the bounds of legality, eroding social ethics and trust in institutions. Meanwhile, rampant inflation, intensified by the 2021 monetary unification, has exacerbated this deterioration by drastically reducing workers’ purchasing power. These interconnected dynamics not only expose the system’s failure to align economic incentives with meritocratic values but also reveal an ethical paradox: a model championing social justice has established a framework that devalues work, the bedrock of human dignity. The integration of technological advancements, such as digital platforms, has facilitated informal commerce but deepened the exclusion of salaried workers without access to foreign currency, reinforcing the economy’s partial dollarization. Future projections indicate that without structural reforms prioritizing fair remuneration and mitigating inflation, the crisis will worsen, perpetuating the loss of human capital and institutional decay. This analysis underscores that transforming submerged wages represents not only an economic necessity but also an ethical imperative to restore a social order where labor is recognized as a driver of progress. Ultimately, dignifying life in Cuba hinges on the system’s ability to reconcile its ideological principles with an economic model that values work, rebuilds social cohesion, and offers a horizon of hope for future generations.
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Notas del autor:
Las citas y referencias bibliográficas presentes en esta obra se encuentran elaboradas según Norma APA 7ma Edición.
The citations and bibliographic references in this work have been prepared in accordance with the APA 7th Edition standard.
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- Pedro Andrés Marchante Guzmán (Author), 2025, La Persistencia de los Salarios Sumergidos en la Cuba Contemporánea, Munich, GRIN Verlag, https://www.hausarbeiten.de/document/1585055
